Otros usuarios, otros atractivos
Una de esas anécdotas que se repiten en el mundo de la producción a pequeña y mediana escala, - pasa en Colombia con los pequeños industriales -, es que conservan muchos de los residuos de fabricación como verdaderos tesoros en potencia. Retales de metal, de madera, de polímero en todas las presentaciones, laminas, tubos y cuanta presentación se le pueda ocurrir. ¿Entonces cual es la labor del diseñador industrial?: ser el arqueólogo que le encuentra el valor incalculable a este tesoro, hallando en él un mundo de posibilidades de convertirse en grandes productos, que obviamente van a tener un costo de producción irrisible pero con un valor de venta que va a superar todas las expectativas de quien lo posee como eso que realmente es: residuo o desecho industrial. Hay varios y reconocidos diseñadores que han planeado talleres y ejercicios rápidos para hacer uso de estos residuos, muy pocos han logrado productos interesantes y ante todo útiles para su uso y que justifique su fabricación.
Pienso que debemos entonces encontrar un mercado de personas que estén dispuestos a generar una estética de consumo más racional, menos visual o con valoraciones diferentes en este aparte. Dispuestos a considerar objetos creados no de la nada, sino de lo que queda, y diseñadores maduros y sin prevenciones ante la labor “industrial” del diseño, pero que utilicen su cultura material de transformación plasmen en creaciones novedosas y atractivas para ser usadas, expuestas y lucidas con orgullo como cualquier otro grupo de objetos de ostentación.
Esfuerzos sociales, materiales y culturales en este y otros sentidos encaminados a generar esas “otras” sociedades hay varios. Este en particular me llamo la atención por el atractivo estético que pueden tener para un mercado aparentemente contemporáneo y con disposición de consumo diferente. Son desarrollos por la diseñadora noruega de Amy Hunting, y el resultado como la propuesta son atractivas para admirarlas, donde el ensamble de formas sencillas se ven enriquecidos por la combinación de texturas visuales que ofrece la mezcla acertada de los fragmentos de madera.
www.amyhunting.com
Pienso que debemos entonces encontrar un mercado de personas que estén dispuestos a generar una estética de consumo más racional, menos visual o con valoraciones diferentes en este aparte. Dispuestos a considerar objetos creados no de la nada, sino de lo que queda, y diseñadores maduros y sin prevenciones ante la labor “industrial” del diseño, pero que utilicen su cultura material de transformación plasmen en creaciones novedosas y atractivas para ser usadas, expuestas y lucidas con orgullo como cualquier otro grupo de objetos de ostentación.
Esfuerzos sociales, materiales y culturales en este y otros sentidos encaminados a generar esas “otras” sociedades hay varios. Este en particular me llamo la atención por el atractivo estético que pueden tener para un mercado aparentemente contemporáneo y con disposición de consumo diferente. Son desarrollos por la diseñadora noruega de Amy Hunting, y el resultado como la propuesta son atractivas para admirarlas, donde el ensamble de formas sencillas se ven enriquecidos por la combinación de texturas visuales que ofrece la mezcla acertada de los fragmentos de madera.
www.amyhunting.com
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